sábado, 27 de julio de 2013

Tiempo....

Cuando llegué a casa de mis tíos pensé que todos los días podría escribir un rato. Pero el tiempo, aunque despacio, transcurre de forma diferente. Piensas que vas a poder sacar un ratito para el blog, y cuando te quieres dar cuenta es sábado y sólo has escrito un día.

Sin embargo, no tengo la sensación de "pérdida de tiempo". Todo lo contrario, he disfrutado cada segundo de la compañía de mi hijo y de mi familia. Charlar tranquilamente con mis primos. Saber de sus vidas, sus proyectos, sus inquietudes, ... Poder constatar lo que hasta he pensado, que son unos hombres geniales.

Mi hijo no ha parado ni un momento. Ayer salió con su tío Dani en bicicleta. Cuando llegaron de hacer diez kilómetros se metieron, de noche, en la piscina. Ahora se ha bajado a Alcalá con sus abuelos y mis tíos para ver el Museo Arqueológico. Mi primo Quique nos llevó el jueves a Faunia, y pasamos un día estupendo...

Joder!, estoy en el patio, pensando que voy a tener tranquilidad, y tengo a mi tía Raquel limpiando y cantando. ¡Y que mal lo hace! ja, ja, ja, ...

Mientras en el ordenador escucho "Camino de Rosas"....

Besos a tod@s.

martes, 23 de julio de 2013

Vacaciones....

Buenos días,

no tengo que decir que estando de vacaciones todo tiene otro color, olor y sabor...Estaba escribiendo en el salón de mis tíos porque el ordenador estaba sin batería; pero mi tío me ha sacado un alargador al patio para estar al aire libre. ¿Qué más se puede pedir?

Mi hijo anoche entró en casa a la una de la mañana. Se ha echado unos amigos y estuvo en el césped jugando. Mi primo Quique ya ha llegado de la playa, y mi hijo se ha pegado a él como un apéndice de su cuerpo.

Por mi parte, las horas transcurren con tranquilidad, buena compañía y sol. Éste año, a diferencia de otros, estaba deseando que llegaran estos días para venir con mi hijo y disfrutar de la familia. Supongo que todo va unido al hecho de encontrarme cada vez mejor. En Septiembre se cumplen tres años de mi separación; y echando un vistazo atrás, comprendo el camino que he recorrido.

Han sido meses duros y largos, en los cuales he pasado por un complejo proceso de aprendizaje, sobre mi misma y los demás. Unos meses por los que he pasado de la más completa oscuridad, a vislumbrar luz al final del camino. Y, como suele ocurrir, sin dejar de vivir experiencias nuevas; de las cuales unas han sido mejores y otras peores. La diferencia, para mí, radica en que ahora no tengo miedo.

Os dejo un ratito, mi hijo quiere el ordenador...

Besos a tod@s