lunes, 23 de abril de 2012

No hay soledad...

El domingo estaba leyendo el periódico y tomando un vino en una terraza cuando alguien me dijo que sino me importaba estar sola. Respondí que no. Hay una gran diferencia entre "estar y sentirse sola". En ningún momento del día me siento sola. Pero disfruto de los momentos que tengo de soledad. "Sola" he vivido, he viajado, he cenado o comido en un restaurante, he ido al cine, he ido a conciertos, he paseado, he ido a museos,.... No me asusta ni me preocupa "estar sola".
Mi vida transcurre normal, como la de muchas otras personas. Pero son los momentos en los que estoy sola, cuando me encuentro conmigo misma. Cuando más preguntas me hago. Cuando más respuestas encuentro. Consigo ver los problemas desde otras perspectivas. Y lo más importante, aunque me engañe, de vez en cuando y sin maldad, en la soledad, no hay forma de esconder la verdad.
Besos...

jueves, 19 de abril de 2012

Los 40...



Me faltan unos meses para cumplir 40 años. Hay un anuncio en televisión que te pregunta si ya estas notando los cambios en tu cuerpo llegados los 40.


Hace unas semanas me compré una camiseta en C&A de la talla 11 de niña. He empezado a usar serum de caviar para “pieles maduras” por la mañana y por la noche. Tengo canas, no muchas pero las suficientes para no dejar el tinte. Las tetas siguen en su sitio; supongo que es una de las ventajas de tenerlas pequeñas. En las piernas me salen menos pelos. Como igual, pero bebo más alcohol, aunque pienso que es el divorcio y no los 40. Duermo peor, y cuando estoy más de ocho horas en la cama me levanto con dolor de cabeza. Lloro más y sonrío más. ¿Fumar? Por si lo lee mi madre, digamos que sólo cuando estoy muy nerviosa.


Me canso más cuando corro detrás de Javier. Como más pipas que nunca, aunque siempre en el parque. Sigo sin fijarme en el culo de los hombres, pero sí en sus manos. Aguanto menos la estupidez. Soy más de izquierdas. Como chocolate de madrugada y a oscuras. Bailar y la música me siguen dando la vida. No creo en la iglesia; y la fe la perdí hace tiempo. Creo en las personas. Odio el invierno; no soporto el frío. Duermo con calcetines. Me reconcilio conmigo misma a menudo y muy satisfactoriamente.


Creo en el amor, y en la felicidad que te aporta. Disfruto con el cine y escribiendo. Cada día quiero más a mis padres, y comprendo que su ausencia será un día “para siempre”. Mi hermana es la luz de mi vida, y Javier la razón de mi existencia. Tengo amig@s. Me siento libre. Me siento guapa.


No pensaba que tendría un divorcio en mis espaldas, pero así es, y que así sea para siempre. Las aguas revueltas siempre acaban en calma. Mi espíritu rebelde y mi conciencia tranquila.


Mi corazón, ocupado…


Así me siento y así estoy. No sé si es lo que se espera  cuando vas a cumplir los 40.  Besos.



 



 


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

lunes, 16 de abril de 2012

Sentido y Sensibilidad...

Cuando escribes con el corazón siempre crees que vas a poder expresar todo lo que sientes y que van a entenderte.
Cuando actuas con el corazón acabas cometiendo errores que esperas te sean perdonados.
Cuando piensas con el corazón siempre ves todo lo bueno y perdonas todo lo malo.
El Corazón. Ese órgano que mueve todo nuestro cuerpo y, en mi caso, mi mundo. No sé hacerlo de otra forma. Quizás por ello sufra; pero también sé que vivo la vida con una intensidad que otras personas no conocen. Siempre recuerdo la película "Sentido y Sensibilidad". Me gustaría encontrar el equilibrio perfecto entre la razón y los sentimientos. Camino y yo bromeamos con ello. En su caso, piensa que se ha perdido muchas oportunidades por ser tan racional. En mi caso, pienso que he vivido demasiados errores por ser tan sentimental.
¿Porqué son tan difíciles los equilibrios? El bien y el mal, lo correcto e incorrecto, la razón y el corazón, lo justo e injusto, el pacler y el dolor. Si tenéis alguna formula o consejo, los acepto.

Besos...

domingo, 15 de abril de 2012

Día de nieve....

Hoy me he levantado a las seis de la mañana para subir a Cotos. Mi hermana me había dicho que se subían ellos con el niño y yo me quedase descansando. Pero no, he subido con ellos. Me lo he pasado genial, he disfrutado de Javier y me he reído mucho. Creo que ya tendré tiempo de descansar.
Viajar en coche me encanta. Disfrutar del paisaje, ir escuchando música, hablando... Por fin he podido explicarle a Javier que significa que se rompa la distribución de un coche.
Lucía ha llegado a casa hace un ratito. Ha descubierto que le encanta jugar a la wii y en mi cama. Jajajaja. Aunque soy madre, no les pongo ninguna pega para que se suban a mi cama, me la desmonten y juguemos a las cabañas. He puesto música en el ordenador y hemos bailado.
Ha venido mi hermana y mi cuñado. Y, mientras yo escribo, están todos en mi cama, incluida perra, viendo las fotos de la nieve.
El Barrio, Jennifer López, Pitbull,.... no hemos parado de bailar.

Besos.

sábado, 14 de abril de 2012

Si en éstos años....

Si en éstos años como madre te he fallado, te pido perdón.
Si en éstos años como hija os he fallado, os pido perdón.
Si en éstos años como hermana te he fallado, te pido perdón.
Si en éstos años como amiga os he fallado, os pido perdón.

Siempre he intentado estar ahí, de la mejor forma que sé y me han enseñado. Con el corazón, con humildad, con respeto. Valores que son importantes en mi vida. Intento hacer las cosas lo mejor posible. Superarme cada día como persona, mujer, madre, hija, hermana y amiga. Superar las difilcutades y afrontar la vida.
Pero no es fácil, ¿verdad?.
Ésta mañana Javier estaba viendo un programa en Cuatro. El protagonista es un hombre que se enfrenta a las situaciones más peligrosas con los recursos de la naturaleza. Para no morir de hambre se ha comido un caracol con sus babas correspondientes. ¿Sabéis que me ha dicho? " Mamá, ¿porqué no se ha llevado una tartera de macarrones con salchichas? así no se tendría que comer las babas del caracol".
Me encantan los niños y la simplicidad con la que ven las cosas. Creo que es una de las muchas que perdemos cuando crecemos y maduramos; y en realidad más necesitamos para enfretarnos a la vida. Mirar las cosas desde una perspectiva distinta, simple y sin complicarlo todo.
Quizás debería  aprender más de mi hijo, y no estar todo el día intentando enseñarle tanto.

Besos...

No lo entiendo...

Ayer éramos amigos. Estuvimos hablando. Se desahogó conmigo. Y como hacemos, cuando estamos mal, me explicaba que su vida era una mentira, una mierda, que no se sentía útil ni valorado.
Yo sé como es realmente. Así que tratre de convencerle de lo excelente persona que es. Que no podía ser tan duro consigo mismo, que debía concederse la oportunidad de ser feliz y seguir madurando. Incluso le llamé "jilipollas", cuando me dijo que si dejaba de existir nos hacía un favor, no le echaríamos en falta y le lloraríamos sólo un mes.
El día anterior, debído a una situación muy dolorosa, me había tratado de una forma cruel; pero conociéndole, y aunque lloré mucho, le entendí y perdoné.
Hoy sólo quería pedirle disculpas por si no filtre a la hora de expresarme. Pero estaba muy enfadada cuando me decía que no valía o que sólo emborracharse era lo que hacía bien en su vida. También quería darle las gracias porque con nuestra conversación me di cuenta que no nos podemos rendir.
Para mi la amistad es apoyar, escuchar, ayudar, cometer errores y perdonar. Y no importa si tu estás hundida y tienes que sacar fuerzas para evitar que él otro se hunda. No creo que ayer te tratase a patadas ni te pusiera a parir. Y si fui un poco dura es porque no me gusta ver como te menosprecias o te infravaloras. Tienes mi respeto, aunque eso ya no signifique nada.
Porque ahora ya nada existe. Sólo la sensación de no entender nada. En mi corazón siempre estará. Y como amiga, aunque no quiera mi amistad, sé como es y nada de lo que suceda me hará cambiar.
Porque para mí la amistad también es eso, aceptar que la otra persona no te quiera en su vida y respetarle.
Cierto es que de mi vida salió de alguna forma el lunes. Porque el amor es sacrificio. Sacrificar lo que sientes por la felicidad del otro. Para que su vida sea más fácil y no causar problemas.
Ahora ya no te causaré problemas de ninguna forma.
No te olvidaré....

viernes, 13 de abril de 2012

Rendirme nunca...

Estas semanas han sido muy duras. Tanto que llegué a rendirme, tanto que le deje pensar que lo estaba consiguiendo. Había perdido mi norte, mi razón de continuar. Incluso me preguntaba ¿porqué no te quieres, porqué no dejas que te quieran?
Me he dado cuena que, en realidad, si me quiero y me valoro; por eso he luchado toda mi vida y seguiré haciéndolo. Consiguí vencer a la anorexia, a la bulimia y al maltrato psicológico.
Quizás mi lucha no de todos los frutos que yo espero, puede que no llegue a conseguir lo que deseo, pero nunca podré decirme "no lo has intentado".
Asi que a mi ex le digo: ¡jodete!, no has conseguido que me hunda; y, a diferencia de tí, tengo a mi lado una gran familia y amig@s que están ahí para recordarme lo maravillosa que es la vida cuando me olvido de ello.
Me lo debo a mi misma. Y a mi hijo por creer que soy la mejor madre del mundo. A mis padres por creer que soy una gran persona. A mi hermana por creer que no podría tener una hermana mejor. Y a mis amig@s por creer que tener mi amistad es una gran suerte para ellos.
No me rendiré. Puede que tenga días malos, o incluso semanas; pero tengo lo mejor que se puede poseer en ésta vida: familia, respeto, amor y amistad.

Besos...

sábado, 7 de abril de 2012

Anorexia...

Cuando oímos la palabra "anorexia" todos pensamos en jovenes que no quieren estar gordas. Pero por experiencia sé que ese trastorno implica mucho más.
No me veía gorda, estaba a gusto con mi físico, pero estaba pasando una época de muchos nervios. No podía controlar las cosas que sucedían. Un día que estaba comiendo sentí que no podía continuar. Tenía el estómago cerrado por los nervios, no me entraba una cucharada más y paré. No fui consciente en qué momento dejo de pasarme la comida por completo. No, hasta que un día alguien me dijo que había perdido mucho peso. Al mediodía me dí cuenta que acababa de tirar toda la comida a la basura sin dar una sola pinchada. Había pasado de no controlar mi vida a controlar la comida, y lo que ingería. Acudí a mi doctora de cabecera. Sabía que lo que me estaba sucediendo no estaba bien, no podía continuar así. Me derivó a salud mental. No era la primera que acudía al psicólogo, así que no tuve problema en explicarle lo que me ocurría. Me vio en tres ocasiones y me dio el alta. Durante un mes y medio tuve que escribir en un cuadrante lo que desayunaba, comía y cenaba, y explicar lo que sentía en ese momento. Me fue sencillo.
Pero lo que aquella psicóloga no sabía, debió de perderse esa clase, es que una anorexia nerviosa mal curada se transforma en la gran mayoría de los casos en una bulimia.
El intervalo de tiempo que pasó entre la anorexia nerviosa y empezar con la bulimia no lo recuerdo. Ni tan siquiera como empezó el proceso. Sólo sé que un día empecé a engordar. Intentaba con todas mi fuerzas no comer, pero cuanta menos comida ingería, más guarrerías metía en mi organismo. Podía estar sin comer y merender, y luego, sin saber cómo, me encontraba en la pastelería comprando bollos, patatas, chucherías,...
Volví a confiar y acudí de nuevo a mi doctora de cabecera, y otra vez a salud mental. Aquel día no se borrará de mi mente. Ésta vez era un hombre. No había terminado de explicarle lo que me estaba pasando cuando me dijo: "que tontería, no pasa nada porque te preocupes de tu peso, las mujeres tenéis que cuidaros y estar guapas para nosotros. Además cuando vayas a buscar trabajo tienes que tener una presencia". Y me mandó a mi casa. Mi doctora de cabecera no se extrañó cuando, llorando, le conté la conversación. "no es la primera vez que tenemos quejas de él". ¡Genial!, pensé yo, sabes que es un cabrón y me has dejado en sus manos.
En mi caso no vomitaba. Por más que me metía los dedos era incapaz. Empecé a tomar laxantes, tenía la fantasía que si iba al baño nada más engullir no engordaría. En unos meses cogí entre 16 y 18 kilos. No quería salir de casa, ni ir a trabajar. Mi uniforme eran unos chinos anchos y un poncho verde. Mi vida social desapareció por completo. Los meses que duró ese proceso fue un verdadero infierno. El 15 de Mayo, miércoles (aún lo recuerdo) fui con mis padres a San Isidro. Todavía puedo sentir la angustia y la ansiedad que notaba en mi pecho. Quería morirme. No podía continuar viviendo de aquella manera. Estaba mejor muerta que viva. El jueves, 16 de Mayo, al acostarme cerré los ojos y pedí a Dios que no me despertase. No tenía el valor suficiente para quitarme la vida, pero si Dios era capaz de hacer un milagro esperaba no despertarme nunca más. No me preguntéis como pero el "click" sonó en mi cerebro y reaccioné. Entonces vívia sóla en Legazpi. El viernes estaba llamando a mi madre para que viniese a hablar conmigo. Aunque no pude explicarla todo lo que me estaba ocurriendo le dije que necesitaba volver a casa con ellos. Mi madre no hizo muchas preguntas, sabía que algo me ocurría, y que estaba relacionado con la comida. Y así fue como regresé con mis padres.
En cuanto llegué a su casa me tranquilicé con la alimentación. Psicológicamente tarde mucho más tiempo en recuperarme. En Septiembre ya había alcanzado mi peso normal, pero mi autoestima y mi vida ya no volvieron a ser las mismas. Las personas que hemos tenido éste tipo de trastornos no llegamos nunca a recuperarnos. Siempre estoy alerta con la comida. Soy consciente que cuando no puedo controlar lo que me sucede tiendo a controlar la comida. Nunca me había importado mi peso. Pero a consecuencia de la bulimia si es algo que me preocupa, tanto si adelgazo como si engordo.

Cuidado con los niños que son muy exigentes consigo mismo. Cuidado con las metas que se marcan o les marcamos. Objetivos muy altos puede suponer no alcanzarlos y, como consecuencia, una gran frustración. Ser ordenados está bien, pero cuidado que ese orden no se transforme en algo obsesivo.

No soy psicóloga, y siempre os digo que no quiero dar lecciones a nadie.

Besos.

miércoles, 4 de abril de 2012

La tormenta.

El futuro ya no existe para mí. He perdido de vista el mañana. La vida ha hecho que siempre mire hacía atrás para convencerme que aún podría ser peor. Y por supuesto que puede ser peor. ¿Pero debo por ello no preocuparme por mi situación?. Siento como si estuviese encadenada. El peso de la cadena no me deja salir a flote. Consigo, de vez en cuando, llegar a la superficie y tomar aire. Si fuese un pez estaría en mi habitat perfecto. Siempre hundida.

Como envidiaba la felicidad que tenían algunas personas. Ajenas a cualquier problema, cualquier dolor o sufrimiento. Se preguntaba si estaban muertas o, realmente, no existía nada malo en sus vidas. Como envidiaba a las personas que eran capaces de vivir ajenas al resto del mundo. Había intentado siempre hacer las cosas de forma correcta. Creía en el bien y el mal. El respeto, en su vida, era su piedra triangular.

Se sentía a la deriva. No tenía fuerzas para sujetar el timón, la tormenta era muy fuerte. Por momentos creía tenerlo controlado pero, en seguida, una ola gigante hacía que soltase el timón. La lluvia había calado hasta sus huesos. Tenía los músculos entumecidos. Se preguntaba cuando pasaría la tormenta. Era interminable. Podía abandonar la navae, pero sabía que las posibilidades de sobrevivir eran aún más escasas. Quién sabe, quizás acabase encallando en un arrecife, o en una isla desierta. Se aferraba a la vida.
La noche había transcurrido sin cambios. Pero ahora las manos le sangraban. Era consciente que no sobreviviría a otro día. Entonces divisó tierra. Tenía que hacer un último esfuerzo por llevar la nave a tierra firme.

Besos...