martes, 20 de marzo de 2012

Barriguitas...

Era una mañana fría de invierno. LLevamos el desayano a mi madre a la cama. En la cocina estaba todo preparado; un termo con leche caliente, galletas, una navaja y una gran bolsa para los níscalos que fuéramos a coger. Estaba muy nerviosa. No había dormido mucho esa noche. Salir con mi padre al campo era un plan que me entusiasmaba.
Conforme avanzaba la mañana nos dimos cuenta que pocos níscalos íbamos a coger. Pero creo que eso nos importaba poco a los dos. El plan era estar juntos, hablar, reirnos y caminar por el monte... De regreso a Madrid, con la bolsa completamente vacía, paramos en Vallecas y me compró mi primer Barriguitas. Yo sabía que, económicamente, era un esfuerzo para mis padres. Por ello, aquel regalo, tuvo un valor incalculable para mí.
Quizás hoy, que estamos acostumbrados a darles todo a nuestros hijos, penséis que un Barriguitas tampoco era para tanto. Gracias a mis padres he aprendido el verdadero valor de las cosas, e intento transmitírselo a mi hijo de igual forma. Mi madre se pregunta, muchas veces, si hicieron bien en hacerme consciente de la situación económica que había en mi casa en cada momento. Yo la digo que me siento la hija más afortunada del mundo, y lo orgullosa que estoy de ellos.

lunes, 19 de marzo de 2012

Pasado, presente y futuro...

Muchas veces me he dicho "si pudiera volver atrás, haría las cosas de otra manera". Pero me he dado cuenta que no es lo que deseo. Ahora comprendo que cada paso que he dado en mi vida me ha traído hasta aquí. Para empezar no tendría a Javier. No me hubiera venido a vivir a Pinto. No hubiera conocido a mis amig@s. Y no te hubiera conocido a tí.
La vida sigue siendo complicada y díficil. Pero tú haces que tenga sentido en muchos aspectos. No quiero renunciar a tí. ¿Si es suficiente? No me lo planteo. "El presente es lo único que tenemos; el presente es lo único que hay, es contigo mi vida con quién puede sentir que merece la pena vivir...". Es una canción de Julieta Vengas.
Vivimos obsesionados por el pasado, y preocupados por el futuro. Sin ser conscientes que nos perdemos lo más importante "el presente". Ese momento en el que estamos. Ese momento que debemos disfrutar y amarrar para sentir cada segundo. Probablemente muchos de nosotros estaremos pasando un "presente" díficil, pero no olvidemos que estamos vivos. Y de como queramos vivirlo sólo depende de nosotros.
He decidio dejar el pasado en el pasado. Las decisiones que tomé, acertadas o equivocadas, fueron mías. Tuve la libertad de elegir; y eso es un privilegio, del que no tenemos conciencia hasta que leemos en el periódico que una niña de 16 años se ha suicidado porque la obligaron a casarse con su violador.
¿El futuro?, cuando eres madre es inevitable preocuparte por el futuro de tu hijo. Pienso en su educación, su salud, sus estudios, las amistades que tendrá. Si es feliz, si superara nuestra separación. Pero no puedo adelantarme. Cada etapa tiene que ir llegando, y con cada una de ellas sus respectivas alegrías, tristezas y problemas. Las iré afrontando conforme vayan surgiendo. Hay madres que no piensan en el futuro de sus hijos porque saben que no superaran el año, por hambre, enfermedades, guerras...
¿El presente? Soy tan afortunada! Quiero vivir cada segundo como si fuera el último. Estar con mi hijo, con mi familia, con mi gente y contigo.

"...Cuando traspasas la puerta del campo el aire que respiras huele a muerte. El silencio es atronador. Nos acompañaba una guía, sólo hablaba polaco. Asi que las profesoras del intercambio nos iban traduciendo sus palabras; pero sé que no nos tradujeron todo. El abuelo de una de las alumnas polacas tenía el número que les asignaban a la entrada tatuado en el brazo.
Para que podaís entenderlo, imaginaros que cada persona que entraba en el campo era materia prima para los nazis. Lo primero que hacían era despojarlos de todos los bienes que llevaban. Les hacían escribir su nombre y dirección en las maletas, para que luego les puedieran ser devueltas. Hacían una primera selección entre los hombres, mujeres y niños. Al primer grupo seleccionado los envían a las duchas directamente. Allí los desnudaban, les daban una toalla y un trozo de jabón. Los introducían en unas cámaras gigantes con muchos grifos, y los apiñaban como ganado. Estaban asustados y avergonzados por su desnudez. A los pocos segundos de esos grifos comenzaba a salir gas; y ahí su final. No puedo imaginar que minutos pasaban aquellas personas hasta que morían. Una vez terminado el proceso, comenzaba otro, el de coger esa materia prima y transformarla. Presos del campo eran los encargados de recoger toda la ropa que habían dejado; otros recogían los cuerpos sin vida que estaban en las cámaras de gas. Les rapaban la cabeza, y con el pelo fabricaban alfombras. Les examinaban los dientes y los de oro les eran arrancados. La piel que les parecía provechosa era utilizada para hacer tulipas para lámparas. Y por último aquellos cuerpos eran conducidos a los hornos crematorios.
Los que no había entrado en ésta primera selección, comenzaban su infierno en el campo..."

Besos....

sábado, 17 de marzo de 2012

Si Dios existe....

En los últimos meses he escuchado en distintos medios de comunicación que no tenemos que tener miedo al "cáncer".
Mi sentimiento es muy distinto. Es una enfermedad que me asusta y mucho. Cuando tenía 12 años, a mi madre le extirparon los dos pechoss. Tenía tejido fibroquístico, el cual era cancerígeno. Después entendí lo que aquello había implicado. Durante tres intervenciones posteriores le intentaron poner implantes de silicona. Mi madre es muy alérgica y los rechazó. Sufrió mucho. Mi padre le dijo que por él no tenía que pasar por aquella tortura. Mi madre decidió no ponérselos. Con el tiempo, se ha atrevido a decir que hay situaciones donde pasa un poco de verguenza. Jamás nos ha ocultado sus cicatrices, pero sé que lleva una interna que no nos permite ver para que no suframos. Estoy segura que mi padre, en la intimidad, jamás le ha hecho a mi madre sentirse mal. Todo lo contrario. Cuando se prueba ropa, o vamos a la playa, siempre se preocupa que no se le note mucho. También rechazó ponerse prótesis externas. Quiso verse tal y como estaba desde el primer día. Mi hermana y yo tenemos un alto riesto, por ello nos hacemos revisiones. El ginecólogo, después de cinco años, ha decidido darme el alta. Precisamente ahora que entro en los cuarenta. Con todos mis respetos no lo entiendo. Luego hablan de prevención.
Cada vez que llegaba el momento de mis revisiones me echaba a temblar. Sentía pánico que en una de ellas me dijeran que algo iba mal.
¿Qué podemos hacer cuando llega sin avisar? ¿Cuando es tarde?...
Como todo en ésta vida aceptarlo, luchar y continuar.

... Por ello he decidido seguir adelante, luchar e intentar con todas mis fuerzas ser feliz.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Loli

No me siento muy animada para escribir. Estoy triste y enfadada. Pero desde aquí, quiero que sepas que no estás sola. Ninguna de nosotras podemos, ni por un segundo, saber como te sientes. Ninguna de nosotras tenemos en nuestra mano cambiar el destino. No en éste caso.
Ten por seguro que ninguna de nosotras vamos a dejar que caigas; y de hacerlo, te sujetaremos entre todas.
Nada de lo que escriba podrá expresar como me siento. Nada de lo que escriba podrá describir la gran admiración que siento por tí. Sólo puedo decirte que eres un ejemplo para mí; y que estar a tu lado me convierte en mejor persona cada día.
Besos.....

domingo, 11 de marzo de 2012

Reconciliaciones...

El viernes estaba bastante enfadada conmigo misma. Además mi hijo se iba con su padre y separarme de él me cuesta.
Me fuí a casa de Inma. Había quedado allí con Camino, y las tres cenaríamos juntas. Conforme llegue nos pusimos a hablar. Le conté como me sentía y lo que me ocurría; porque yo, al contrario de muchas personas, necesito contar lo que me sucede. Cuando soy capaz de expresarlo con palabras, sacármelo de dentro puedo analizar con perspectiva. Efectivamente, conforme le exponía la situación todo iba adquiriendo sentido, y conseguía perdornarme. La reconciliación vendría más tarde.
Está siendo un fin de semana increíble y muy enriquecedor. Y todo se lo debo a las amistades maravillosas e incondicionales que tengo. No podeís imaginaros la tranquilidad que supone hablar sin miedo a ser juzgada.
Hablar de cine, política, historia, hombres, anécdotas, libros,... y no podría terminar la lista. De cine, os recomiendo "Los Idus de Marzo", la última película de George Clooney. Política, ¿que haremos el 29 de Marzo?. Historia, mi visita a Auswitch, y un repaso por los grandes genocidios contra la humanidad. Hombres, y sexo. Anécdotas, su primer jacuzzi - "sólo se le ocurrió echar jabón al agua del jacuzzi, así que se paso su hora de relax estresada recogiendo espuma. Cuando salió le preguntaron que tal, por supuesto nadie supo lo que había estado haciendo". Libros, yo no he sido capaz de leer "Los Pilares de la Tierra".
El sábado me tocó trabajar. Tengo que decir que me gusta mi trabajo. Nunca había estado atendiendo al público y, hasta ahora, mi experiencia está siendo positiva. Tengo que destacar a uno en especial. No quiero dar su nombre, porque sin su permiso no me parece correcto. Creo, sin miedo a equivocarme, que tiene un nivel económico muy alto; pero en mi vida he conocido a un señor con esa educación y, sobre todo, con un respeto que muestra hacía cualquier trabajador que me parece propio de mencionar. Siempre una palabra amable, una sonrisa, una calma, una prudencia... ¿Los compañeros? Son eso compañeros.

"Cuando llegué al Campo de Concentración no sabía a lo que me iba a enfrentar. Lo había leído en los libros de historia, y había visto alguna película. Bajé del tren y tuve la sensación de respirar otro aire. No creo que un pueblo quiera ser recordado ni visitado por algo así.
Antes de entrar nos llevaron a una sala de conferencias donde proyectaron una película. Era la grabación original que los americanos hicieron del campo cuando lo liberaron en 1945. Al terminar, y salir de la sala, mi mundo, como yo lo conocía, había desaparecido. Os parecerá radical, pero creo que ahí perdí mi inocencia, esa que tienes cuando aún no has visto la maldad y crueldad del ser humano. Yo tenía 16 años.
Al cruzar la puerta principal de acceso al campo, nos tradujeron el letrero de la entrada "El trabajo os hará libre". Pero yo, a diferencia de las miles de personas que traspasaron esa puerta, sabía que me enfrentaba a la muerte. No me parece justo referirme a "los judíos" porque, para mí, no dejamos de ser todos personas. Por supuesto que un sexo, una raza, una nacionalidad, una profesión nos acaba de definir; pero al final todo se resume en los mismo "somos seres humanos que nacemos y morimos".

Besos, pero os prometo terminar la historia.

viernes, 9 de marzo de 2012

Casablanca....

"Casablanca", es mi película favorita. Dos personas, un amor que perdura en el tiempo. Y que, por amor, ambas se sacrifican.
Mi vida es bien distinta y tengo el amor demasiado idealizado. Las personas somos egoístas, y si de las relaciones se trata más todavía. Lo queremos todo sin sacrificar nada. Yo, por el contrario, sacrifiqué mi vida, y la de mi familia, por amor. Porque estoy convencida que al principio lo fue.
Ahora me toca empezar de cero y estoy asustada de cometer los mismos errores. No creo que haya pedido grandes cosas al amor. Respeto, confianza, cariño, apoyo, pasión, ... ¿Puedes encontrar una persona que reúna todas esas cualidades? Me viene a la memoria una película "Solteros", en la cual, una de las protagonistas se acaba conformando con que un hombre le diga "salud" cuando estornude.  Os la recomiendo, es divertida, fresca y su banda sonara mejor todavía.

"... sentía que todo se derrumbaba a su alrededor, pero él la sostuvo con fuerza entre sus brazos. Era una simple bajada de azúcar. Cuando abrió los ojos se encontró con su cara. Al principio se asustó porque, aún aturdida, no sabía muy que había sucedido.
- No te preocupes, pronto te recuperarás. Le dijo él con una voz segura pero dulce.
Claro que, en realidad, sus oídos aún le zumbaban como consecuencia de la pérdida de conciencia, así que tampoco sabía exactamente como sonaba.
Sus ojos eran de un verde claro. Su tez perfecta, ni muy clara ni muy morena. Su pelo moreno.
-¿Qué ha pasado?. Preguntó ella, intentando no babear.
-Te has desmayado. Pero he podido cogerte a tiempo, sino el golpe hubiese sido muy fuerte.
-Habrá sido de azúcar, no es la primera vez que me sucede.
En cuanto terminó la frase se dio cuenta que, seguramente, a él le importa muy poco. Apoyándose en él se puso en pié.
-Me llamo Victoria, y creo que, aún, no te he dado las gracias.
-Tranquila. Siéntate aquí y descansa unos minutos. Me llamo Iván.
Iván!!!!, ahora sí que no se lo podía creer, era guapo, fuerte, moreno y el nombre era su favorito. Se había enamorado. Así era ella todo impulso.
-Puedo invitarte a un café para darte las gracias.
-Te lo agradezco, pero tengo que recoger a mi hijo del colegio.
La palabra "hijo" cayó sobre ella como losa. Estaba casado, con un hijo y, sin duda, sería muy feliz y su mujer la más afortunada del mundo. Y allí estaba ella, separada, con un hijo, sin un euro, y con bajadas de azúcar; indicativo, seguro, de una premenopausia..."

Besos.





miércoles, 7 de marzo de 2012

Promesas

Había prometido a su hijo que vendría ésta tarde. Pero no lo ha hecho. En su lugar, y sabíendo que no puede, ha enviado al abuelo. Mi hijo está en su habitación haciendo la ficha del colegio. Mientras, con una paciencia infinita, intento que se le pase el enfado con el que viene.
"Caminaba sola por la calle. Iba sumida en sus pensamientos y no reparó que había comenzado a llover. No sabía que hacer, que decisión tomar. La respuesta la conocía.
Ninguno de los dos era capaz de romper aquel cordón que les había unido.¿Podrían vivir sólo con lo que tenían? Puede que fuese demasiado pronto para saberlo.
Soñaba con un final feliz. De esos de película con los que tanto se había emocionado. Los guionistas decían que se inspiraban en la vida real. Aunque si lo hubieran hecho con la suya, habría sido una película de terror más que romántica..."
Besos.

martes, 6 de marzo de 2012

Una fiscal coherente

Por fin!!! una fiscal que ha entendido lo que denunciaba, y le ha condenado.
No se trataba del tiempo que el abuelo paterno pasaba con mi hijo (cosa que no lo hacía de buen gusto sino por fastidiarme) sino del incumplimiento del régimen de visitas que estaba haciendo mi ex.
He tenido que soportar denuncias absurdas. No quise entrar en su juego y pase muchas, pero al final, y cuando supe que se estaba riendo de mí lo denuncié.
Ahora después de tres juicios, tres juezas y tres fiscales distintas, me han dado la razón. Cuando esté trabajando, y no pueda venir a ver a su hijo, tiene que llamarme, avisar, y el abuelo no podrá estar con mi hijo.
Por favor, no me malinterpreteís, si yo supiese que los abuelos paternos quieren a mi hijo sería la primera en mantener el contacto con ello. Me gustaría que mi hijo pudiera disfrutar de sus cuatro abuelo. Sin embardo, en los seis años de vida de mi hijo, me han dejado más que claro que no quieren saber más que lo que las apariencias requieren.
Sin ir más lejos hace dos miércoles vino la abuela paterna para pasar las dos horas con mi hijo. Llevaba sin verle desde Nochebuena. No le llamó para fecilitarle el año, ni para preguntarle por los Reyes Magos. Vino con las manos vacías, no fué capaz ni de traer a mi hijo un triste caramelo.
Quizás la situación vaya cambiando, quizás se deje de denuncias absurdas, quizás empiece a cumplir con sus obligaciones. Siempre he dicho "sus derechos como padre empiezan donde acaban sus obligaciones y responsabilidades".
Hay una pregunta que siempre me hago "¿qué le responderé a mi hijo si un día quiere saber lo ocurrido?". Ante todo, tengo claro que, respetaré la relación paterno-filial que decida tener. Tiene un padre, aunque es una lástima que mi ex no se de cuenta del hijo que tiene.
Ayer nos reíamos con él porque se ha enamorado. Se llama Laura y ha soñado dos veces con ella! Me los ha contado porque los recuerda perfectamente. Aunque para mí, Lucia, siempre será mi nuera deseada.
Puri sería mi consuegra. Pero ante todo es mi amiga, y estoy agradecida por ello.
Gracias.

lunes, 5 de marzo de 2012

Nada te turbe, Raquel, nada te turbe...

"Nada te turbe" es el título del último libro que me he leído. Me lo dejo Camino y tengo que decir que he pasado momentos divertidísimos con él.
Tengo que tomarme mi situación con más sentido del humor. Llorar, ya lo hago muy a menudo y eso tiene que cambiar.
Acudí a mi doctora para que me pusiera un tratamiento para depresión. No soy psicóloga pero sabía, de sobra, que ya había llegado al punto en el que yo sola no podía. La tristeza me deboraba como "La Nada" el reino de Fantasía en "La historia Interminable". ¿Dramático, verdad? Mi madre, y mi familia, siempre me dijeron que iba para artista. Pero me quedé en el camino como con todo.
Llevo un año tomándome una pastilla todas las mañanas. Sinceramente, sin ella, no sé como estaría. Aún así la tristeza y la alegría se abren paso en mi vida a ritmo de montaña rusa, sin frenos y sin control. El equilibrio me lo da mi hijo, mi familia y mis amig@s, pero no es justo depositar en ellos la responsabilidad del estado de mi salud mental. Así que intento, con todas mis fuerzas, recuperar el control sobre mi vida.
También me están ayudando el gimnasio, la lectura, el blog y el "Santa Teresa", aunque no por ese orden precisamente. Tranquilos no me he dado a la bebida; tan sólo, salgo cuando mi estatus de "divorciada" me lo permite  y me tomo un par de ellos.
Mi madre, muy pudorosamente, a sus 66 años me ha dicho "hija sal, acuestate con quién te apetezca y cuando quieras, pero no vuelvas a meter otro hombre en tu vida". Sabias palabras para una mujer de su generación. Debería de tomarme muy en serio sus palabras...

sábado, 3 de marzo de 2012

Insultos, silencio,...

No es un tema fácil para mí; durante años lo he vivído. Aprendí que cuando justificas el comportamiento de una persona, o sus palabras, mal asunto; algo está fallando y tú lo sabes. Te dices a tí misma "no! a mí no me pasa lo mismo, él no es así conmigo, me quiere...". Pero en el fondo de tu corazón, donde no dejas llegar a nadie por verguenza, sabes lo que está ocurriendo.
Hablo de "verguenza" porque es el principal sentimiento que te embarga. También el miedo, el dolor, la desconfianza, la pena, el desánimo, la resignación,....
Cuando pienso en ello aún me echo a llorar. Pero, por favor, si os reconoceís en algo de lo que escribo, no mireís hacia otro lado...
El día que me llamo "gitana" y "sinverguenza", delante de nuestro hijo, fué el más duro. Hasta ese día no había llegado nunca a la agresión verbal. Lo suyo era más sútil, más educado. El silencio era su mejor herramienta de castigo. Horas, noches enteras, he estado pegada al teléfono, haciendo no sé cuantas llamadas sin obtener respuesta, sin merecerme una palabra que me hiciese saber donde estaba o si estaba vivo.
Dos días después, y delante de mi madre, mi hijo, con cuatro años, me llamaba "sinverguenza". Por supuesto que, el niño, no era consciente de lo que me estaba llamando, pero, ahora, sé que ese día hubiese llegado. El día en que para él llamarme "sinverguenza" hubiese sido lo más normal de mundo, e incluso merecido por su madre.
¿Si le contaré todo esto en un futuro? No lo sé.