miércoles, 7 de agosto de 2013

Divagar...

Soy consciente que, en momentos, tengo opiniones muy duras sobre él. Y digo duras porque, aunque ciertas, le harían daño escucharlas.

Y, en realidad, ¿quién soy yo para decirle nada? Cada uno de nosotros somos responsables de la manera en que vivimos. Y como, esa forma de vida, afecta a los nuestros. Desarrollamos mecanismos de defensa que, sólo, nos protege de que los demás vean nuestra realidad. Esa realidad que asumimos en silencio y que nos devora cada día.

Viví de espaldas a la mía propia. Y siento que, a veces, él no está preparado para entender que abandoné esa forma de vida. Que llamo a las cosas por su nombre, y no me asusta mirar de frente. De esa forma, los golpes, aunque duros, los ves llegar.

Pero las personas, en un intento por protegerse, sienten que, viviendo la realidad de los demás, la suya desaparecerá.

¿Divago? Lo dejo a vuestra elección.

Besos a tod@s.

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