martes, 12 de marzo de 2013

La magnitud de los problemas

Cada persona tenemos nuestros problemas. La importancia de cada uno de ellos se la damos nosotros. Existe una forma popular de minimizarlos y es mirar hacia atrás; dicen que "siempre hay alguien en peores circunstancias que las tuyas". Pero, realmente, ¿eso nos sirve para que desaparezcan? No soy psicóloga, pero los problemas hay que afrontarlos, asumirlos y superarlos. Algunos tendrán una solución tangible; otros, no la tendrán, y habrá que aprender que forman parte de nuestra vida.

Hoy, 12 de Marzo, hace exactamente un año, Reyes, el padre de Loli, entraba en urgencias por un dolor muy fuerte en una hernia que le iban a operar. Dieciséis días después fallecía a causa de un cáncer. Mientras Isidora, la madre de Loli, estaba peleando contra un cáncer que le habían diagnosticado en septiembre del año anterior. Seis meses después del fallecimiento de su padre, enterraba a su madre. Había acabado la lucha de ambos. La vida de Loli y la de los suyos cambió por completo. Pero algo en mí también cambió.

Conocí a Loli porque su hija y mi hijo empezaron juntos Infantil. De eso hace ya cinco años. No fue hasta el final del primer curso, preparando el regalo de la profesora, cuando hicimos más amistad. Poco a poco entretejimos una complicidad y confianza especial. Luego se unirían Puri y Marijesús. De esa forma conocimos, respectivamente, a nuestros maridos, padres, hermanas,... De Reyes me llamaba la atención su altura y el azul de sus ojos. De Isidora la dulzura que transmitía en su voz. Después de mis abuelos, Reyes e Isidora, son las personas más cercanas que he perdido.

Soy consciente que vivo un período de gracia. Y que, en un segundo, todo puede perderse.

Loli, me ofrece cada día una lección de lucha y fortaleza. Contiene sus lágrimas porque no quiere preocuparnos. Ni un sólo día, por mucha necesidad que tenga, se ha quedado en la cama lamentándose de lo ocurrido. Y nadie, y digo "nadie", podría reprocharle nada por hacerlo. No ha faltado nunca como esposa, madre, hermana, tía, amiga,... - "Es que estoy muy nerviosa y, a veces, pierdo los papeles" - me dice. Así es ella, exigente consigo misma y benévola con los demás.

De corazón he escrito éstas líneas, esperando que comprenda lo maravillosa que es, y la falta que me hace en mi vida.

Cada uno tenemos nuestros problemas. Y son nuestros propios. Ni más ni menos importantes. Ni más ni menos complicados. Ni más ni menos superables. Simplemente son nuestros; y debemos analizarlos en nuestro contexto individual para solucionarlos, o para asumirlos como parte de nuestra vida.

Besos a tod@s.

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