lunes, 25 de marzo de 2013

Playa, Argo, patriarcado...

Hemos pasado unos días geniales en la playa. Poder disfrutar de mi familia me ha venido bien para coger fuerzas. Pasear junto al mar, pisar la arena, tomar el sol; ver a mi hijo bañarse y jugar con su abuelo no tiene precio. Conseguir que, durante unos minutos, todo desapareciese y olvidar los problemas.

Anoche estuve viendo la película de "Argo". Me ha parecido muy buena, y creo que Ben Affleck ha hecho un trabajo fantástico. Ésta mañana me ha despertado un amigo; tiene gracia estaba soñando que organizaba una fuga de un grupo de personas. Ha sido algo muy extraño. Recuerdo momentos de la historia. Acababan de dispararme cuando me ha sonado el teléfono.

Despertarte y tener una conversación divertida e interesante es muy gratificante. Hablar de sueños, cambios, planes y sexo. Con él, hablar de sexo es natural y sencillo. Hoy por hoy, es la persona con quién más confianza tengo para tratar ese tema. Y no del "sexo" en su mínima expresión; esa que lo reduce a la penetración y al orgasmo. El "sexo" me ha permitido conocerme en un plano que jamás había explorado. Para mí requiere una intimidad especial; aquella que hace que llegues a los rincones más profundos de tu alma. Requiere de una sinceridad única. Le comentaba que, en mi interior, se está produciendo "un antes y un después". Enfrentarme a mi sexualidad me está dando una perspectiva muy distinta sobre toda mi vida. Miedos, dudas, inseguridades,... Se van transformando en fuerza y seguridad. Por primera vez, en mi vida, estoy sintiendo un cambio real. Profundo como mujer. Porque, aunque siempre digo que ante todo soy persona, mi sexo femenino me distingue de los hombres y me define. El feminismo nos dijo "somos iguales a los hombres", en el sentido más amplio de la expresión. Y yo no creo que sea así. De alguna forma nos han intentado enseñar a renunciar a una parte básica y fundamental de nosotras mismas. No digo que esté de acuerdo con el modelo patriarcal al que nos han sometido en nuestra sociedad. Pero, ¿a qué precio estamos pagando esos cambios?

Besos a tod@s.



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